lunes, 13 de febrero de 2017

Villano, campesino libre que se puede marchar del feudo.

Siervo, campesino que no se puede marchar del feudo

Clero regular, viven comunitariamente en monasterios. Eran Abades y Abadesas. Monjes y Monjas.

sábado, 21 de enero de 2017

La sociedad y las relaciones personales


Se organizaba en 3 grupos:

El clero: Oraba por la humanidad
Nobleza: Defendía a la sociedad
Trabajador: Era el grupo que trabajaba para mantener a los demás.

Aquí muestro la pirámide social:





La nobleza y el clero eran grupos con privilegios, mientras que el trabajador no tenía ningún privilegio.


Las relaciones de dependencia.

En la época feudal, todas las personas estaban unidas entre sí por lazos de dependencia personal. Pero estas relaciones eran distintas, según pertenecieran a un grupo o a otro.

Las relaciones feudo-vasalláticas: Se establecen entre el rey y los grandes nobles y los eclesiásticos, y entre estos y otros nobles de menor categoría. Eran pactos de alianza militar a cambio de concesiones económicas, que incluían dos elementos: el vasallaje y el feudo.









jueves, 19 de enero de 2017

La Europa feudal.


Los orígenes del feudalismo.

Nació en la parte occidental de Europa,transcurre entre los siglos IX y el XIII. Es el régimen político,social y económico.

El régimen feudal nació tras la muerte de Carlosmagno. Esto trajo luchas por los sucesores del emperador y atrajo a nuevos pueblos: los vikingos o normandos y a los búlgaros.

Los reyes repartieron los territorios entre  los nobles , porque les facilitaba defender su imperio.

Los campesinos , por su parte, buscaban la protección de los nobles.


El territorio y su organización

La Europa feudal se dividía en numerosos reinos. Gobernados por reyes. Se e tendía por el litoral del Atlántico y las llanuras Rusas, y entre el Mediterráneo y el norte del continente.
Esta estructurada en:Escocia, Emirato de Córdoba, Reinos Cristianos,
Reino occidental Francés, Reino oriental Francés, Gran Moravia, Gales, Irlanda, Bulgaria, Italia y El imperio Bizantino.



miércoles, 12 de octubre de 2016

Espartaco

Espartaco
La rebelión de esclavos en Roma es una historia por la obtención del bien más preciado para todo ser humano, la libertad. También conocida como la guerra de los gladiadores, se desarrolla durante los años 73 a.C. y 71 a.C. Teniendo como principal artífice a Espartaco.
Espartaco nace en Tracia (al norte de Macedonia) en el año 113 a.C. perteneció al ejército romano (en sus tropas auxiliares) pero desertó de éste y es capturado y esclavizado, destinado a trabajos forzados, por su fortaleza le interesa a Léntulo, un entrenador de gladiadores quien lo adquiere para su escuela. Poco después Espartaco escapa junto con varios de sus compañeros y huyen hacia el monte Vesubio apoderándose de armas en el camino. Debido a sus conocimientos militares y a su gran capacidad de organización logra reunir un ejército de más de 70.000 hombres, incluso se dice que llegaron a ser más de 120.000, en su mayoría antiguos esclavos de las provincias que recorrió y de toda Italia, ya que al conocer la noticia de la rebelión muchos abandonaban a sus amos para unirse a este ejército tan peculiar.

El ejército tuvo una serie de victorias, entre ellas a tropas al mando de Varinio, Léntulo, Gelio y Arrio, en diversos puntos. Tras esto  pudieron cruzar los alpes con camino hacia la libertad, pero en lugar de hacerlo regresaron hacia el sur, rumbo a la ciudad de Roma, probablemente debido a la euforia de los hombres de Espartaco que con sendas victorias quisieron volver y continuar la venganza contra sus antiguos opresores.

El anfiteatro de Roma

Los combates de gladiadores entusiasmaban a la población de la capital, pero las escuelas de gladiadores se situaban fuera de Roma, por razones de seguridad.

Cruzaron Italia por completo intentando salir al sur de esta para ir a la isla de Sicilia, pero son traicionados por quienes debían entregarles las embarcaciones negociadas, necesarias para llegar a la isla. Después de esto el senado romano hace regresar sus tropas  combatientes en España al mando de Pompeyo y de Grecia al mando de Lúculo, las cuales sumadas al ejército de Craso se aproximaban a 120.000 soldados. Esto aunado a la separación del ejército de esclavos hace que en el año 71 a.C. en la última batalla librada en Apulia sea derrotado Espartaco y sus hombres.

En esa batalla muere Espartaco junto con cerca de 60.000 hombres, ya no esclavos sino guerreros, hombres libres. Terminando así con el ejército que hizo lo que no pudieron entonces los griegos ni cartagineses, poner en jaque al poderoso ejército romano.

Las aptitudes militares de Espartaco y su carisma personal convirtieron una limitada revuelta de gladiadores en la mayor rebelión de esclavos que conoció Roma; bajo su mando, los insurrectos batieron a seis generales romanos.




Nerón

Nerón Claudio César Augusto Germánico nació el 15 de diciembre del año 37d.C, en Antium (región del Lazio) en el Imperio Romano, aquel que llegaría a gobernar bajo el nombre de Nerón y que pasaría a los anales de la Historia como el Emperador mas perturbado, sanguinario y megalómano de cuantos hubo, superando incluso la figura del obtuso y desequilibrado Calígula. Fue un reconocido emperador que gobernó desde el año 54 hasta el 68d.C.

Aunque, bajo su gobierno, no se cometieron las cotidianas crueldades de sus antecesores, varias circunstancias confluyeron para hacer de Nerón, el emperador más conocido y el más denigrado de todos. Se estima que esta calificación errónea se relacionaba con el hecho de que, durante su gobierno, murieran decapitados y crucificados los apóstoles Pablo y Pedro, representantes primigenios de aquella nueva religión que había surgido en Palestina, fundada por Jesús de Nazaret. Así, el fin trágico de los apóstoles y el de otros muchos cristianos seguidores, propició la ennegrecida leyenda de Nerón. A partir de este hecho, la historiografía cristiana, lo consideraría como el precursor de las persecuciones posteriores a los seguidores del cristianismo.

Nacido fruto de la consanguinidad, pues sus padres Gneo Domicio Enobardo y Agripina, que
Nerón
pertenecían al mismo linaje de los Julio-Claudia, son muchos los autores que achacan a la endogamia ese carácter desequilibrado tanto en la esfera emocional como psicológica que acompañaría a Nerón a lo largo de su vida y que se iría acentuando a partir de su madurez.


Desde su niñez, el joven Nerón fue educado de forma excepcional. Era tradición en Roma que la educación básica de los jóvenes nobles se confiara a libertos griegos, o mejor dicho, a libertos de la zona griega ocupada por el Imperio.

Las fuentes que nos deja Suetonio, si hemos de darle credibilidad alguna pues debemos tener en cuenta que el mito, la imaginación, la adulación, el odio, el morbo y la realidad se mezclan de tal forma en los textos clásicos que es imposible discernir qué de cierto hay en ellos, nos citan sin embargo que, lejos de la pulcritud, elegancia y refinamiento de los primeros, Nerón tuvo como preceptores a un barbero y un bailarín y como maestros literarios a Aniceto y Berilo, dos personajes de más que dudosa moralidad.

A lo anterior habría que añadir la gran influencia oriental recibida por sus nodrizas y que algunos autores señalan cierta influencia egipcia, que se desarrollaría en la importancia que el culto solar tuvo en el Emperador, siendo representado en varias ocasiones como el propio Helios.

A este caldo de cultivo, habría que añadir el hecho de que Nerón fue educado en el destierro, pues su madre había estado involucrada en una de las conjuras contra el emperador Calígula. Las fuentes clásicas nos reflejan un marcado carácter rencoroso y confabulador de Agripina, que probablemente contagiase a su hijo.

Por suerte, la educación de Nerón, tuvo una contraparte positiva, Séneca, que transmitió al joven infante una exquisita formación cultural.

Con todo este bagaje cultural, un Nerón adolescente consigue ser príncipe con tan sólo trece años, en buena parte gracias a las artimañas de su madre Agripina, que engatusó a Claudio para que le nombrase hijo adoptivo.

Lejos de la imagen megalómana y depresiva de sus últimos días, todo parece indicar que el
Busto de Nerón
joven príncipe Nerón, instruido en las nobles artes helénicas (influencia que se demuestra a lo largo de toda su trayectoria política) y de aspecto bien parecido y saludable, recuperó las viejas tradiciones romanas, ofreciendo diversión y juegos al pueblo, en los que el mismos participaba, siendo muy aclamado por ello, sobre todo en las clases más populares.


Tiempo más tarde, el joven príncipe se convertiría en Emperador a la muerte de Claudio, con tan sólo diecisiete años. Es en ésta época cuando la influencia de Séneca en su instrucción trasciende a su vida política, reforzando los vínculos con el Senado y acometiendo algunas reformas en la urbe romana que le concedieron unos frugales años de esplendor.

Fue en estos primeros años de gobierno, cuando la insidiosa Agripina, madre de Nerón, se inmiscuyó en los asuntos de Estado intentando manipular todos sus actos tanto en su vida pública como en su pasional ajetreada vida privada. Los senadores y amigos más cercanos no cejaron en recordarle al Emperador la forma en que su madre intentaba convertirlo en su marioneta particular.

Así, la constante intromisión de su madre en sus actuaciones políticas y privadas, junto a las murmullos de confabulación que circulaban en torno a ella, por los que al parecer pretendía deshacerse de Nerón para erigir nuevo emperador a su hermano Británico, sacaron lo peor del hasta entonces adorado Nerón.

El emperador no tardaría mucho en envenenar a su hermano en mitad de una fiesta y no tardaría en acompañarle su madre en tan funesto destino. Pero para entonces, la ponzoña de su madre ya había anidado en Nerón y los textos y representaciones nos muestran a un hombre bien distinto al de sus primeros años de gobierno. Un Nerón deformado por una vida de excesos con un carácter avinagrado con sus semejantes, iracundo y siempre preocupado por la traición, la cual veía en todas partes.

Su influencia griega y sus ansias de reforma, al estilo de las viejas monarquías helenas, fueron llevadas al extremo. A ellas se les atribuye en gran incendio de Roma del 64 d.C., con el que al parecer pretendía allanar la Urbs para erigir un nuevo estilo griego en el corazón de Roma, aunque en este tema debemos ser muy precavidos porque muchas fuentes mienten sobre lo ocurrido en realidad.

Nerón, eclipsado por su ideal de belleza, confiscó propiedades a los nobles y aumentó la cuantía de los impuestos con el fin de costear sus reformas y con todo ello, el descontento nobiliario empezó a crecer de forma paulatina.

Autoproclamado mecenas de las artes y la cultura, Nerón despilfarró las arcas del Estado
Agripina corona a su hijo Nerón
para llevar a cabo los más grandes juegos y recitales literarios y musicales, en los que el propio emperador participaba, recibiendo grandes alabanzas.


No sabemos a día de hoy, si en verdad Nerón fue un hombre tan capaz en tales lides o si tan sólo fue víctima la falsa adulación, pero pronto el “éxito” se le subió a la cabeza.
Mientras dilapidaba la fortuna del Imperio Romano en satisfacer su propio ego, la nobleza dio muestras públicas de descontento y aquello irritó a un Nerón que hacía tiempo que había roto sus lazos con la realidad. Comenzó entonces una época de terror y persecución, de asesinatos indiscriminados y las desapariciones de personajes notables como Séneca (obligado a suicidarse), Petronio o Lucano.

Viendo la situación, las provincias del imperio comenzaron a rebelarse contra su tiranía. Regiones como las de Britania, Judea, Hispania y la Galia le plantarían cara. Se organizó un nuevo intento de golpe de estado para derrocar al gobernante. Julio Vindice, Sulpicio Galba y Otón organizaron una rebelión contra Nerón.

Los pretorianos se les unieron, así como el mismísimo Senado, que decidió deponer al emperador en el año 68. Debido a la situación, Nerón huyó de la ciudad y viendo que iba a ser arrestado, ordenó a uno de sus secretarios que le matara el 6 de junio del año 68 en una de sus villas, contándose que en su último aliento llegó a decir: “¡Qué gran artista muere conmigo!”.

Su muerte daría paso a una inestable etapa de Roma en la que el poder se discutía entre cuatro emperadores: Galba, Vitelio, Otón y Vespasiano.





Augusto Cesar

César Augusto, también conocido como Octavio, fue el primer emperador romano, ya que con su antecesor murió la República que había gobernado Roma. Además, fue el emperador romano que más tiempo estuvo en el poder. Nació el 23 de septiembre del año 63 a.C en Roma, en el seno de una familia rica y acomodada; su padre era pretor de Macedonia y su madre era sobrina-nieta de Julio César.

Tras su nacimiento tuvo que trasladarse a la localidad de donde era originario su padre, Velletri. Durante su juventud mostró grandes aptitudes para la política y el ejército, por lo
César Augusto,el primer Emperador
que Julio César decidió adoptarle en el año 45 a.C y le convirtió en su heredero.


Llevó a cabo varias campañas en Hispania y tuvo que enfrentarse a los partos en Epiro, donde recibió la noticia de la muerte de Julio César en el año 44 a.C. Acto seguido puso rumbo a la capital y cuando llegó se encontró con que Marco Antonio y Lépido habían repartido el territorio. Tuvo que luchar contra Marco Antonio para obtener el poder. Para ello contó con el apoyo de Cicerón, los republicanos del Senado y los grandes financieros, gracias a los cuales pudo costearse un ejército propio.

Tras derrotar a Marco Antonio, volvió a Roma y exigió al Senado que le nombrasen cónsul pero debido a su edad, apenas 20 años, su petición fue denegada. Debido a este rechazo, marchó sobre Roma para tomar el poder. Lo hizo sin que se produjera combate alguno, ya que todas las tropas, incluidas las que se enviaron contra él, le apoyaron.

Una vez nombrado cónsul, decidió otorgarse poderes extraordinarios. Debido a la resistencia de Bruto y Casio, que se negaban a aceptarle, se alió con sus antiguos enemigos Marco Antonio y Lépido y formó un triunvirato. Esto dio lugar a la continua persecución de
los republicanos que terminaría en el año 42 a.C en la batalla de Filipo en Macedonia.

Hecho esto, decidió repartir el poder junto con Marco Antonio, dejándole a este la zona
Monedas con las efigies de Marco Antonio y César Augusto
oriental mientras él controlaba la occidental. Esto produjo un enfrentamiento entre ambos, la guerra de Perugia, en la que Agripa, del lado de Octavio, derrotó a las tropas de Marco Antonio. Acto seguido se hizo

nuevo acuerdo para repartir el poder. Octavio gobernaría toda la parte occidental; Marco Antonio tendría el poder de la parte oriental pero hasta el río Drin; Lépido dominaría África; y por último Italia sería gobernada por los tres conjuntamente. Para mantener la paz, Marco Antonio se casó con la hermana de Octavio, Octavia la Menor.

Poco después, Marco Antonio había caído bajo la redes de la reina de Egipto, Cleopatra, de quien se había enamorado. Ésta gobernaba con una política más típicamente oriental, lo que no gustó nada a Augusto, pues iba en contra de los intereses romanos. Debido a ello, le declaró la guerra a Cleopatra en el año 32 a.C. Un año más tarde saldría
Batalla de Accio
victorioso de la batalla de Accio, tras la cual consiguió entrar en Alejandría. Poco después, y viendo su derrota, Marco Antonio y Cleopatra se suicidaron. Egipto se convirtió en una provincia romana, lo que otorgó a Octavio el control de toda la zona mediterránea.


Una vez regresó a Roma, decidió cambiar la forma de gobierno. Trasformó la República en un sistema político más parecido a un Imperio, en el que el poder se dividía en el Senado y el pueblo por un lado, y el emperador y su casa por otro.

Entre sus medidas, estaba la de renovarse a sí mismo el título de cónsul, además de otorgarse nuevos títulos para aumentar su poder, como Princeps senatus; Augustus, con un trasfondo divino; Imperator Proconsulare en algunos de los territorios para tener poder militar; Tributo Vitalicio, Cónsul Vitalicio, Prefecto de las costumbres, Gran Pontífice y finalmente Padre de la Patria. Rechazó su divinización en vida, pero hizo instaurar el culto al emperador por parte de todos los habitantes.

Una de sus principales misiones fue mejorar la economía y estabilidad de Roma, que se veía amenazada por la gran extensión de los territorios. Para ello, reformó las instituciones y las adaptó a las necesidades del imperio, creando el Consejo del Príncipe, del que formaron parte personas que contaban con el favor del emperador, como Agripa.


También dividió las provincias en dos tipos de territorio; el primero, las senatoriales, con el
César Augusto
fin de que fueran gobernadas por una persona nombrada por parte del Senado; por otro lado estaban las imperiales, que serían gobernadas por el propio emperador.


Así mismo, reorganizó el sistema fiscal, instaurando una gestión directa y menos agresiva. Favoreció a los pertenecientes a la orden ecuestre de la que provenía en lugar de a la aristocracia procedente del Senado. También aseguró las fronteras del extenso territorio de los constantes enfrentamientos con los partos y los germanos, además de seguir expandiendo el imperio por la parte oriental. Debido a su falta de hijos, adoptó a Tiberio como su sucesor.


En el campo de las artes también dejó su huella. Su amigo Mecenas fue el creador de un círculo literario, de donde salieron poetas como Virgilio (la Eneida, poema épico donde se canta el viaje de Eneas, antepasado mítico de la gens Iulia) o Horacio. Y otros grandes autores como el historiador Tito Livio (Ab Urbe Condita, una historia de la ciudad de Roma y su Imperio desde su fundación) o el geógrafo Estrabón (Geografía).

En resumen, su gobierno se caracterizó por una serie de victorias en el exterior (sometimiento de cántabros y astures, consolidación de las fronteras orientales), la mejora de la hacienda, la ampliación y profesionalización del ejército, un esfuerzo por recuperar la tradición religiosa y la moralidad pública, el impulso del comercio y el fomento de la cultura.

Se casó tres veces; su tercera esposa fue Livia Drusilla, quien ya tenía dos hijos, Tiberio y Druso el Germánico, de un matrimonio anterior. Augusto a su vez tenía una hija, Julia, también de un matrimonio anterior.

Murió el 19 de agosto del año 14 en Nola. Tras su muerte, Tiberio consiguió el poder sin problemas, pese a no ser su favorito, era el más preparado en asuntos militares y administrativos. Así, se conformaría la primera dinastía del Imperio romano, que terminaría con su tataranieto Nerón en el 68 d.C. Gracias a la gran labor que había realizado, el pueblo pidió que se le divinizara, tras lo cual el nombre de Augusto sería utilizado como título por los siguientes emperadores. Su cuerpo fue trasladado a Roma y quemado en el Campo de Marte.

Augusto, por lo tanto, es un personaje fundamental no sólo de la Historia Antigua, sino de la Historia de Occidente.  Marcó el final de un período y el comienzo de otro.




lunes, 10 de octubre de 2016

El asesinato de Julio César.

El 15 de marzo del año 44 a.C Julio César fue asesinado en la Curia del teatro de Pompeyo
donde se reunía el Senado de Roma. Los líderes de la conjura contra César fueron tres: Bruto, Casio y Casca.

Bruto era hijo de Servilia, la más famosa amante de César. Los romanos murmuraban diciendo que Bruto era hijo de César. No lo era, pero lo cierto es que César le amaba como a un hijo.

Casio estuvo con César en la Guerra Civil aunque las cosas no salieron como esperaba, y Casca siempre estuvo contra César.

La noche del 14 al 15 de marzo Calpurnia, la esposa de César, tuvo malos presagios y al amanecer rogó a su marido que no fuera al Senado. Tanto insistió que César estuvo a punto de hacerle caso, pero uno de los conjurados llegó y le convenció para que no diera crédito a las "supersticiones de mujer". 

La mañana del 15 acudió al Senado sin más protección que la compañía de sus colaboradores más cercanos. Dentro del edificio público, los conspiradores se encargaron de llevarse a Marco Antonio a un lugar apartado. Los asesinos eran conscientes de que Marco Antonio, además de fiel a César, era un hombre corpulento y dado a arranques de ira. Antes de que diera comienzo la reunión senatorial, los conspiradores se apiñaron en torno al dictador fingiendo pedirle distintos favores. Lucio Tilio Címber, que había servido a las órdenes del César, le reclamó que perdonará a su hermano que se encontraba en el exilio. Mientras el dictador romano trataba de calmar al grupo, Címber tiró de la toga de César y mostró su hombro desnudo: era la señal acordada. Casca sacó su daga y le apuñaló, pero sólo fue capaz de arañar el cuello del dictador. Según algunas versiones, César agarró los brazos de Casca y forcejeó con él intentando desviar la daga. 

El general romano no sólo se defendió por unos segundos de los ataques, sino que fue capaz de sacar un afilado estilo( punzón ) y herir a varios hombres, al menos dos, incluido a Bruto en el muslo. Tras el ataque de Casio, los otros conjurados se unieron a la lucha propinando a César numerosas estocadas y tajos. Sólo dos senadores de los presentes trataron de ayudar al dictador, pero no consiguieron abrirse camino. Sin que sea posible de comprobar, puesto que las fuentes presentan distintas versiones, Marco Bruto fue uno de los últimos en apuñalar a César, con una herida en la ingle, y al que habría dirigido el famoso «tú también hijo mío». Con 23 puñaladas en su cuerpo –aunque sólo una realmente mortal–, Julio César se cubrió con su túnica púrpura en el último esfuerzo por mantener la dignidad y cayó al suelo desplomado junto al pedestal de la estatua de Pompeyo Magno que presidía la Curia del teatro de Pompeyo.